La vida de Mía parece una montaña rusa: ríe y llora al mismo tiempo, tiene sensaciones raras y siente que no encaja en ningún sitio. Ha acabado el curso (¡ufff!), toca pasar unos días con la abuela y reencontrarse con los del lago, sus amigos de cada verano. ¡Qué nervios! Tiene muchas ganas de volver a ver a Tom… Pero lo que Mía no sabe es que este verano su vida cambiará para siempre.