Alguien pasa cerca y creemos reconocerlo, pero es la segunda mirada, más detenida quizá, la que hace que confirmemos nuestra primera impresión.
Como un juego de espejos convexos que nos devuelven una realidad distinta, Una doble puerta vincula dos historias que, partiendo de una misma intención, llegan trasformadas al lector y le invitan a una nueva reflexión. Todas ellas nos hablan, en cierta manera, de cómo en la génesis de las historias siempre hay una puerta abierta a la imaginación que nos permite desarrollar nuevas ideas en un interminable ciclo donde se confunden realidad y ficción.
El humor, el amor, la política, la crisis de valores, la ironía, la extrañeza ante el otro cruzan estas puertas para dejar en el lector una dulce amargura, una sabia inquietud.