La Historia de cualquier país se va revelando no tanto a través de datos, cifras, porcentajes, estadísticas y árboles genealógicos de familias reales, sino mediante la lectura de libros que van reflejando los grandes y pequeños acontecimientos. Los instrumentos del historiador no son sólo los tratados históricos, las crónicas, los documentos oficiales; cuenta también con las biografías de los grandes personajes o con las narraciones de los pequeños acontecimientos, la intrahistoria que proponía Unamuno. Pero además la visión de la Historia de cualquier país ha de ir más allá de sus propias fronteras. De ahí la importancia de la publicación de estas Memorias del General Hugo, inéditas hasta ahora en nuestra lengua. Precisamente las mejores páginas de este libro serán las que relaten los días del general Sigisbert Hugo por España. Tendremos nuevos testimonios de las andanzas de «El Empecinado», de quien Hugo llegará a reconocer que acabó bastante fatigado tras un largo período de persecución por los montes de la cordillera central. Veremos como la astucia y la estrategia de este guerrillero español acabó diezmando las tropas francesas, hasta que el perseguidor acabó siendo el perseguido. Sirva pues este libro no sólo para beneficio de los lectores franceses sino para enriquecer la visión de la realidad histórica de los españoles.
Joseph Léopold Sigisbert Hugo (1773-1828) es conocido sobre todo por ser el padre del fallecido e inmortal escritor Víctor Hugo. Comenzó su carrera militar a los catorce años como soldado raso y a los diecisiete fue nombrado por primera vez oficial, tomando parte en las batallas más memorables de la Revolución francesa. Participó en las contiendas de Italia, persiguiendo y dando caza al partisano Fra Diavolo, triunfo que le valió el reconocimiento del mismísimo José Bonaparte, por entonces rey de Nápoles y más tarde rey de España, que lo ascendió al grado de coronel mariscal del palacio y jefe militar de la provincia de Avellino. El mismo José le pidió que lo acompañara a España como general, ejerciendo como gobernador de las provincias que iban tomando: Ávila, Segovia, Soria, Guadalajara? Durante tres años guerreó contra el célebre Juan Martínez Díez «El Empecinado», hasta que acabada la Guerra de la Independencia hubo de volver a Francia, donde fue encomendado para defender Thionville. Condecorado con la cruz de San Luis y ya ingresado en la nómina de militares pertenecientes a la Legión de Honor, murió un 30 de enero de 1828, víctima de un fulminante ataque de apoplejía.