Ángel Vázquez es el gran narrador de lo tangerino, de la frustración femenina y del monólogo íntimo. Es uno de los novelistas españoles más originales, inclasificables y malditos del pasado siglo. Con esta magnífica novela, que anticipa y contiene los ingredientes de su obra maestra, La vida perra de Juanita Narboni, Vázquez ganó de forma rocambolesca el premio Planeta de 1962 e inició una carrera literaria –admirada por Jane Bowles, Carmen Laforet, Juan Goytisolo, Alejo Carpentier o Eduardo Haro Ibars– que sin duda debería estar en la nómina de la mejor literatura meridional europea.
«Yo también soy un corrompido. Sin fe en Dios, egoísta y sin ninguna confianza en mí mismo. Homosexual, alcohólico, drogado, cleptómano [...]». ~?Ángel Vázquez en carta a Emilio Sanz de Soto