Con la concesión del Premio Nobel en 1995 se reconocía una de las aventuras poéticas más arriesgadas y logradas del siglo xx: la de Seamus Heaney. Su extensa obra abordó el abandono de los enclaves rurales, la difícil adaptación a un entorno urbano cada vez más aséptico, y las presiones que la política (y la violencia) ejercen sobre el hombre contemporáneo. Heaney barajó durante años preparar una selección de sus poemas que fuese representativa de su extensísima obra. Murió sin rematar la selección, pero dejó indicaciones para orientar a sus descendientes. El resultado es 100 poemas, un viaje que va desde las impresionantes descripciones del campo irlandés hasta las últimas meditaciones inspiradas por la sabiduría acumulada durante una vida entera de observaciones y reflexión. Uno de los pocos poetas del siglo xx que merecen el adjetivo de «imprescindible».