Un puma deambulando por las calles desiertas de Santiago de Chile. El gorila de montaña que se hizo botánico. Las historias sobre la jirafa de Lamarck, el mamut de Cuvier o los pinzones mutantes de Darwin. Correrías entre dinosaurios y homínidos fósiles...
Arqueólogo, naturalista y explorador, Jordi Serrallonga nos explica qué relación guardan sus aventuras con la comprensión del cambio climático o el desembarco de nuevas pandemias en pleno siglo XXI.
Durante la Prehistoria vivimos mimetizados con la fauna y flora salvajes hasta que llegó la Revolución Industrial y la globalización. Entonces triunfó el mito de la especie escogida, y ridiculizamos a los evolucionistas. Creímos que el ser humano, con sus decisiones, estaba por encima de los caprichos de la naturaleza; pero, en realidad, la estábamos desafiando y se materializaron las consecuencias: desde la crisis medioambiental al despertar de virulentas entidades microscópicas.
La selección natural sigue ahí; dentro y fuera del Homo sapiens. En África, un hadzabe le dice al autor: «somos animales». Somos una especie más, y solo la ciencia permite comprender la posición de la humanidad en un planeta donde la evolución biológica es imparable. El cetro del cambio no está en manos de dioses con pies de barro, sino en los dominios rebeldes y libres de la naturaleza.