Nouvelle-Aquitaine (Nueva Aquitania) acumula muchos superlativos. En primer lugar, es la mayor región francesa, con una superficie superior a la de Austria. La diversidad de su oferta turística la convierte también en el destino más popular para los turistas franceses: naturaleza cuidada, viñedos de fama mundial, excepcional gastronomía, ciudades dinámicas, míticas playas, patrimonio prodigioso... Aquí encontrará también la duna natural más alta de Europa, la duna del Pilat, destinos prestigiosos como Burdeos, el valle del Dordoña, el País Vasco francés, Cognac, La Rochelle, Pau y los Pirineos, o Limoges y su artesanía…, además de algunos enclaves que ocupan un lugar destacado en la lista de los espacios imprescindibles elegidos por los visitantes cada año, como la cueva de Lascaux, Futuroscope, la Cité du Vin, la Ciudad Internacional de la Tapicería de Aubusson…
Nouvelle-Aquitaine es también el terreno de juego de la mayor caza del tesoro de Europa, Tèrra Aventura, que ya ha seducido a más de tres millones de jugadores y que ofrece más de cuatrocientas rutas insólitas, divertidas y gratuitas por todo el territorio para descubrir, en familia o con amigos, las perlas de la región, explorando su historia, sus bellos pueblos, sus leyendas y sus tradiciones.
Todos encontrarán lo que buscan para pasar unas vacaciones ideales en Nouvelle-Aquitaine: vacaciones activas o relajantes; de exploración u ocio... Los excepcionales activos naturales de la región la convierten en un destino perfecto para realizar actividades al aire libre durante todo el año: más de 6700 km de carriles bici, grandes lagos de agua dulce, 750 km de costa para disfrutar del surf, la natación y los deportes náuticos (desde los más tranquilos hasta los más agitados), 88 campos de golf repartidos entre viñedos y el océano, estaciones de esquí, un parque nacional y cinco parques naturales regionales donde practicar senderismo...
Con una riquísima oferta cultural construida siglo tras siglo, la región le invita a emocionarse ante las creaciones prehistóricas, medievales o contemporáneas, a impregnarse del espíritu de un lugar, a sumergirse en la vida de personajes famosos, a saludar la memoria de quienes escribieron las grandes páginas de su historia. A esta pluralidad de paisajes, culturas, relieves, actividades, colores e historias, se suma sobre todo un espíritu común a todo el territorio, un espíritu amable, gastronómico, festivo y profundamente humano. Ese gusto por compartir que transforma las vacaciones en un caleidoscopio de experiencias únicas.