Clarissa es la hija de un alto cargo del ejército austriaco. Huérfana de madre desde la cuna, a los ocho años es internada en una escuela conventual, donde pasará los siguientes diez años de su vida. Al salir del convento, Clarissa entra a trabajar como secretaria para un psicólogo infantil que la envía a un congreso de Pedagogía en Lucerna. Allí conoce a Léonard, un jovial y apasionado francés con quien iniciará un intenso romance. Pero la inminencia de la guerra los obliga a volver cada uno a su país, ahora en bandos enfrentados. Ya en el frente, donde sirve como enfermera, Clarissa descubre que está embarazada y toma la decisión que condicionará el resto de su vida.
Clarissa puede ser considerada el testamento de Stefan Zweig. En ella dejó plasmados los ideales humanistas y antibelicistas que defendió a lo largo de toda su vida en una obra inconclusa y aun así magistral con la que disfrutar del Zweig más puro.