Mucho antes de que Londres y Nueva York adquirieran prominencia internacional, se descubrió una ruta comercial entre Hispanoamérica y China que marcó el comienzo de una nueva era, catalizando el intercambio económico y cultural, sentando las bases para la primera moneda global y para el surgimiento de la primera «ciudad mundial». Sin embargo, a pesar de su capital importancia, el circuito de la plata del Pacífico —más conocido como el Galeón de Manila o la Nao de China— se descuida con demasiada frecuencia en las narrativas convencionales sobre el nacimiento de la globalización. En un libro que, como bien sintetiza Elvira Roca Barea en su esclarecedor prólogo, «nos explica no solo lo que significó en el pasado sino lo que a día de hoy sigue significando para comprender el presente e incluso el futuro de las relaciones entre Oriente y Occidente, y muy especialmente, la relación de China con Hispanoamérica», Peter Gordon y Juan José Morales restablecen definitivamente este fascinante papel en la historia y sus consecuencias directas sobre cómo entendemos el mundo en la actualidad.
«La plata es el artículo más valioso de los barcos de Acapulco que llegan a Manila, permite el comercio entre los dos extremos del viejo mundo y hace en gran medida que esas regiones tan distantes queden conectadas entre sí».
Adam Smith, en La riqueza de las naciones, publicado en 1776