China. 1966. Chongrui Nie, perteneciente a una familia de letrados, es objetivo directo de la Revolución Cultural y no podrá estudiar en la escuela de arte, su sueño, sino que será enviado a una fábrica de armamento de la provincia de Shanxi en Guancen Shan. Impresionado por la belleza de esta región montañosa y la sinceridad de sus campesinos, logra desarrollarse plenamente en lo que podría haber supuesto un trance. Lo dibuja todo, todo el tiempo, paisajes, estatuas de templos, escenas cotidianas, máquinas, herramientas… Desde entonces, esa montaña le ha vuelto a llamar en dos ocasiones. Con Una montaña lejana..., su primera obra tan personal, Nie ofrece al público, que ya lo conocía por Juez Bao, la inmensidad de su talento.