En mayo de 1920 un emigrante italiano llamado Salsedo sale «volando» por una ventana del edificio del fbi en Nueva York: este es el episodio que Dario Fo utiliza como pretexto para escribir Muerte accidental de un anarquista, una de sus obras de teatro de mayor éxito.
La «muerte accidental» a la que alude irónicamente el título es en realidad la del anarquista Giuseppe Pinelli, que el 15 de diciembre de 1969 «cayó» desde la ventana del cuarto piso de la jefatura de Policía de Milán, tras ser sometido a un interrogatorio de varios días en relación a los célebres atentados de Piazza Fontana. Las circunstancias de la muerte, poco claras al inicio, posteriormente fueron atribuidas a un «brote» sufrido por Pinelli, y el caso se archivó.
Estrenada el 10 de diciembre de 1970 en una antigua fábrica en Milán, la obra retrata a un «loco cuerdo» que casualmente se encuentra en la jefatura de Policía por impostor y que, con su capacidad de fabulación y lucidez —en la tradición de los bufones de la corte o del fool de Shakespeare—, acaba por desmontar el falso relato policial del suicidio.